Mente racional vs. Mente emocional

Siempre se ha dicho que el corazón y la cabeza están separadas, por lo que para ser una persona completa o inteligentemente emocional hay que saber balancear razón y emoción. Un mito universal es que hay que ser racional para tomar buenas decisiones y no emocional. Esto es falso. Incluso en el mundo de los negocios hay evidencia que el instinto emocional (formado por años de experiencia) es importante para tomar buenas decisiones. En verdad, las mejores decisiones se toman cuando se logra integrar la mente emocional y racional que se conoce como mente sabia.

Estudios neurocientíficos han demostrado que cuando se daña el área del cerebro que integra información emocional las personas empiezan a tomar decisiones completamente racionales.... y destruyen su vida. Se necesita las emociones para tomar buenas decisiones. 

Por ejemplo, tienes que decidir qué zapatos comprar. Si te vas por el lado muy racional a lo mejor te fijas en el precio del zapato, y terminas con zapatos que no te gustan solo porque son más baratos. Pero si en cambio te vas por el lado muy emocional te compras unos zapatos súper bonitos y cómodos pero a lo mejor muy caros y nada útiles.

Lo mismo pasa cuando  tenemos que tomar la decisión de que estudiar. La parte racional te va a convencer de elegir una carrera de prestigio, dinero y que tenga muchas salidas laborales mientras que la mente emocional te va a guiar hacia algo que te encante estudiar y a lo que te vayas a dedicar laboralmente.

Para tomar decisiones con la mente sabia puedes hacer un pequeño ejercicio. Dibuja dos círculos que aparecen abajo y escribe lo que dice tu mente emocional en uno de los círculos y en el otro lo que dice tu mente racional. Trata de balancear las dos opiniones antes de tomar una decisión.

Hay mucha confusión sobre cómo debemos tomar nuestras decisiones de manera correcta. Aunque la inteligencia emocional se caracteriza por que un individuo tiene la capacidad de: regular emociones, y expresarlas de manera correcta y más bien de manera saludable.

Como bien hemos mencionado, debe haber un equilibrio entre las emociones y las decisiones que una persona toma. También está relacionada con las habilidades sociales (inteligencia emocional), empatía o ver las necesidades de los demás sin poner las tuyas por delante. Esto ayuda a afrontar decisiones, y adaptarse a circunstancias aparentemente difíciles de manera menos costosa.

Por ejemplo: En vez de machacarte por un error, situación, u otra circunstancia debes afrontarlo, asumirlo e intentar arreglarlo. De manera correlativa es muy importante perdonarse y darse siempre darse oportunidades para no caer en lo negativo. La afrontación de los problemas ayuda al bienestar de una persona, significa que lucha, quiere mejorar

De manera contraria, una persona con enfermedades o trastornos como la depresión, la cual te hace sentir inútil y sin ganas afecta directamente a la salud de la persona. Aunque todo esto se puede volver en nuestra contra, si nos dejamos llevar demasiado por las emociones no tomaremos las decisiones correctas. Debe haber equilibrio siempre.

Es necesario ser racional en la toma de decisiones, tomar en cuenta los factores, analizar razones, buscar explicaciones es clave para explorarse emocionalmente a uno mismo. Y del mismo modo ser emocional te hace analizar porque te gusta eso, aquello y analizar si verdaderamente estás haciendo lo correcto para ti, o el resto.

Hablemos de la inteligencia racional (capacidad de entender, proyectar, dar y retener información) esto ayuda a la resolución de problemas. Debería haber más información al respecto de un tema tan interesante, influye en nosotros.