jueves, 24 de marzo de 2022

Comparaciones y expectativas

Aléjate de las comparaciones y expectativas

Para ser feliz hay que interactuar con la vida y curiosear la, no con expectativas o comparaciones. Las expectativas pueden robarte la felicidad porque llevan a comparación entre la realidad y un ideal en tu mente. En lugar de comparar tu experiencia de ahora con lo que debería o podría ser, vive el momento, asimílalo tal y como es. Es mejor probar un plato de comida antes de juzgarlo y no dejarse llevar por nuestras expectativas sobre algo, alguien etc.

La comparación trae falta de satisfacción con todo. Por ejemplo, si te has comido un yogurt esta mañana, lo vas a disfrutar más si no lo comparas con un helado. El yogurt es un buen alimento y está super rico si lo aceptas tal y como es. Pero si comparas el yogurt con el helado, obviamente no lo vas a poder apreciar de la misma forma. Y esto mismo pasa si estas en casa disfrutando de una buena película con la gente a la que quieres, puedes estar completamente feliz, hasta que empiezas a comparar esa experiencia con estar en una playa del caribe o comparas tu vida con la de otros famosos.

Esto también pasa diariamente con las redes sociales. Intenta NO COMPARARTE, al final, casi todos solemos mostrar nuestra mejor cara: una foto representa un segundo de una vida que no siempre es perfecta. ¿Por qué siempre que nos comparamos salimos perdiendo? Intenta ser realista cuando veas una foto ideal: la persona que hay detrás también experimenta todas las emociones, se enfada, llora o se frustra, pero no lo muestra por las redes sociales.

Cuando te aferras a expectativas te puedes quedar decepcionad@, frustrad@, pensando en cada cosa que sale mal, como lo que pudiste o debiste haber hecho.

Lo mismo sucede cuando comparas los hechos y experiencias en tu vida con lo que pudo haber sido: te puedes amargar si empiezas a pensar en las cosas que podrías haber tenido, los caminos que no elegiste, y todas esas experiencias que no viviste en su momento, vas a sufrir. Por ejemplo, pudiste haber escogido otra carrera, o vivir en otra ciudad. Pensando en lo que pudo haber sido te quita felicidad y satisfacción de lo que estás viviendo.

Observa cuando te estás aferrando a una expectativa o comparando tu vida o el momento con un ideal en tu mente y trata de desprenderse de estos pensamientos y regresar al presente. Vive el momento en lugar de compararlo o juzgarlo.

¿QUÉ DICE LA CIENCIA AL RESPECTO DE LAS COMPARACIONES? 

La psicología afirma que a pesar de que nos comparamos constantemente, no nos solemos dar cuenta que nos perjudican a nosotros y dañan nuestra autoestima. Pero lo que no nos perjudica en absoluto y nos ayuda a conocernos y a superarnos encontrando nuestras fortalezas y debilidades trabajando en ellas mediante la comparación con uno mismo a través del tiempo y a pesar de que parezca fácil en pleno desarrollo tecnológico y en una sociedad individualista con la que interactuamos todos los días, es muy fácil caer en la comparación ajena por las expectativas que nos hacen pensar y formulamos con nosotros mismos.

Por las redes sociales, méritos de los demás, o falta de valoración en méritos propios, opiniones de los demás o sus creencias hacia nosotros. En conclusión, para dejar de compararnos tenemos que pensar que cada persona se valora de forma diferente, quiero decir que cada persona tiene diferentes metas, objetivos y no tiene que pensar que otros lo harían mejor. Cada persona es un mundo lleno de sorpresas la cual solo se superará queriendo superarse a uno mismo. Y esto no quiere decir que tengas de ti una expectativa de mejora y de ser perfecto, seguirás teniendo muchos fallos, la diferencia es que los corregirás de inmediato. Y si te comparas le echarás la culpa a alguien o algo y en realidad es tuya.

Asensi, la única comparación válida es con respecto a nosotros mismos: 

«La comparación nos lleva a rechazar quiénes somos.


 

martes, 8 de marzo de 2022

Positividad tóxica

Positividad tóxica: una trampa para nuestra salud mental

Cuando estamos en una mala situación, estamos acostumbrados a escuchar: "piensa en positivo", para intentar ver las cosas de una manera menos negativa. Durante los últimos años mucha gente lo ha dicho con buenas intenciones, alcanzando la positividad tóxica, es decir, ver de los problemas únicamente de forma positiva, y genera mucho sufrimiento. Es un discurso que creo que tenemos que desintegrar. Una gran mentira del positivismo tóxico es que "siempre tengo que estar bien". Como si esto dependiera de nuestra voluntad. Pero NO. No hay emoción mala, ni son controlables. Se sienten y se gestionan.

La positividad tóxica se refiere a la imposición de un pensamiento positivo como la única forma de solución a los problemas, exigiendo que las personas eviten o nieguen pensamientos negativos y no expresen emociones negativas. Aunque pueda servir para olvidar el aspecto negativo de algo, puede repercutir nos en contra, por no aceptar la realidad y mentirnos. Al dejar de lado las cosas negativas y no expresarlas, no podemos valorar la situación negativa para corregirla y mejorarla, en vez de eso solo buscaremos lo positivo. No siempre estamos bien, ni tenemos que estarlo, es decir, si siempre estuviésemos bien no valoraríamos los días malos. 

Hay veces que los altibajos hacen presencia, los sentimientos y las emociones dolorosas aparecen, y es normal que así sea. No hace falta controlar nuestras emociones, ni a nosotros mismos, si no darnos cuenta de que para estar bien de verdad tenemos que intentar identificarlos e intentar responder y mejorar nuestros pensamientos y emociones. La solución no es decir: "estoy bien", sino intentar no evitar esos pensamientos, porque si intentamos evitarlo se lleva a cabo un esfuerzo mental que paradójicamente hace que esos pensamientos aparezcan en más ocasiones.

jueves, 3 de marzo de 2022

Educación emocional

GESTIONAR EMOCIONES

Hay días en los que sentimos que vamos sobrados de confianza, pero hay otros días en los que podemos notar como las dudas, la presión o el desánimo intentan desgastar esa emoción.

Creo que es muy importante ser conscientes de las emociones que nos invaden en cada momento, verbalizarlas y compartirlas con las personas que tenemos cerca. Este hecho adquiere aún más relevancia en los niños, niñas y adolescentes, pues son etapas llenas de cambios que requieren desestigmatizar la salud mental y hablar sin reparos de cuidar nuestra mente al igual que hablamos de cuidar nuestro cuerpo.

Hoy y todos los días de tu vida, intenta buscar siempre tu bienestar emocional y expresa sin reparos todo aquello que sientes.

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL

Muchas veces no nos damos cuenta de la importancia de la educación emocional. Por ejemplo, en los colegios, están más preocupados por enseñarnos a ser buenos trabajadores, y dejan de lado el convertirnos en personas emocionalmente inteligentes y emocionalmente sanas.

La inteligencia emocional ha demostrado ser una herramienta básica para nuestra salud mental y es, sin duda, una forma de empoderarnos frente a la vida, de convertirnos en personas mucho más preparadas para el día a día.

Según David Caruso, uno de los pioneros de la inteligencia nacional: 

“Es muy importante entender que la inteligencia emocional no es lo opuesto a la inteligencia, no es triunfo del corazón sobre la cabeza, es la intersección de ambas”.

Adiós, adiós. Hasta nunca.

Por desgracia, nos tememos que esto va llegando a su fin… Esperemos que hayáis disfrutado leyendo nos tanto como a nosotros investigar y rec...